Ojalá - Vestidos que coinciden

Creemos tanto en el peso del lenguaje, en sus maneras y en sus fondos, que seremos precisos y breves para contar lo siguiente: ya no existe ningún vínculo entre De Novia a Novia y La Libreta Morada. Gratitud con todas las personas que confiaron en nuestro trabajo durante cinco años y por todos los aprendizajes que nos sacudieron. Este es el fin de una época y, como es natural, la bienvenida de otra.

 

Si hace un par de meses, en medio de ese tránsito tan de ritmo propio que nos susurra suelta, sigue, olvida, aprende, avanza, cree, la vida nos hubiera concedido algún deseo, habríamos —con certeza inamovible— pedido un chispazo. Habríamos renunciado a nuestros dones si era el caso. Habríamos aceptado olvidar algunas palabras con tal de recibir una a cambio, una sola. Era todo lo que necesitábamos: porque para empezar cualquier ojalá, para soñar cualquier ojalá, para que cualquier ojalá ocurra hay que nombrarlo. Lo que no se nombra, no surge. Entonces, nos dimos cuenta: todos esos ojalá que ansiábamos eran también la palabra que buscábamos.

 

Todo cabe en un ojalá. La vida completa. Los anhelos enteros. Las ilusiones más sutiles y más hondas. Los caminos y los desencuentros. Lo que pasa y lo que no. Los pasos que se dan y los que no se atreven a dar. Un ojalá es más amplio que el mismo tiempo. Es la manera de medir deseos supremos.

 

Un ojalá es el puente para que dos universos paralelos se encuentren, para que lo que nos mueve por dentro se cumpla, para que los hilos se tensen: por eso este proyecto se llama así; porque creemos que muchos ojalá juntos terminan por confabularse y variar el rumbo de todo.

Ojalá un vestido sea más que tela y costuras. Ojalá quien lo venda sepa que está cediendo un poco de la felicidad que le fue concedida. Ojalá quien lo compre resuene con aquella sensación poderosa. Ojalá dentro de los hilos esté cosido el coraje que amerita el amor. Ojalá la energía haga de las suyas y sincronice los caminos. Ojalá los corazones latan intensa y ligeramente; y sepan sentir la belleza de los finales y los inicios. Ojalá el antes sintonice con el después. Ojalá los bailes, los abrazos, la fiesta se prolonguen cada que una novia luzca ese vestido.

 

Ojalá que este manojo de coincidencias den sentido y sean analogía de la vida misma: ojalá sepamos cuándo irnos, ojalá elijamos por convicción y no por miedo, ojalá seamos bondadosos con los triunfos diminutos y serenos con los que nos sobrepasan, ojalá la valentía no sea una palabra decorativa, ojalá seamos lo suficientemente tercos cuando haya que serlo, ojalá entendamos que al amor también se llega por mérito, ojalá aparezcan personas que nos giren la mente, ojalá la intención desencadene en acción, ojalá le abramos espacio a la tristeza sin aplastarla con una emoción falsa, ojalá recibamos a la alegría blandos y sinceros, ojalá volvamos a creer las veces que la piel lo pida. Ojalá esto sea la vida: el hiato entre un deseo y un suceso.

 

Fue esta la palabra que nos entregaron los cielos. Fue esta la palabra que rondó siempre. Es esta la palabra que elegimos. Ojalá es un evento para vender y comprar vestidos de novia. Vestidos usados y también nuevos. Una reunión de talentos, un punto de encuentro para la industria. Es, también, un manifiesto y un conjuro: invocamos a los dioses para que todos los ojalá que pides en las noches, por fin sean.